¿Cuántas veces realizamos ciclos de lavado a la semana? En mi caso, son numerosos. La lavadora se ha convertido en un electrodoméstico esencial en nuestros hogares, y afortunadamente, tenemos mucha más comodidad que nuestras antecesoras, ya que no necesitamos lavar todo a mano para mantener nuestros tejidos limpios y sanitizados. No obstante, para asegurar un óptimo desempeño de la lavadora, es crucial mantenerla limpia y desinfectada. Esto no solo mejorará su eficiencia, sino que también prolongará su vida útil. Hoy, quiero compartir consejos sobre cómo llevar a cabo la desinfección de la lavadora.
Eliminación de cal y residuos de detergente:
El primer paso para desinfectar la lavadora implica la eliminación de acumulaciones de cal y restos de detergente, que suelen depositarse en el cestillo, la bandeja y el filtro. A menudo, notamos estos problemas cuando nuestra ropa sale con malos olores y una apariencia un tanto apagada. Sin embargo, estos problemas no solo afectan la calidad del lavado, sino que también pueden dañar componentes de la lavadora.
Método recomendado:
Para prevenir esta acumulación, podemos utilizar elementos comunes de nuestra despensa. Una vez al mes, es aconsejable realizar un ciclo de lavado en vacío a una temperatura de 90°C con una taza de vinagre blanco (o de manzana) diluido en agua. Para eliminar el olor a vinagre, podemos agregar unas gotas de aceite esencial fragante al final del ciclo.
Alternativamente, podemos optar por un ciclo sin carga a una temperatura de 60-90°C utilizando un vaso de lejía. Sin embargo, después de esta acción, es preferible evitar lavar inmediatamente prendas delicadas como lana o seda.
Secado del sello (gomas) de la lavadora:
Si no prestamos suficiente atención a la limpieza de la junta de la lavadora, corremos el riesgo de que se deteriore con facilidad. Como seguramente habrás notado, al final de cada lavado, suele quedar un poco de agua en la junta. Si no la secamos adecuadamente, esto puede generar malos olores y propiciar la formación de moho y bacterias.
La mejor manera de abordar este problema es utilizar un paño limpio para secar minuciosamente la junta de la puerta, tanto por dentro como por fuera. Una vez seco, podemos aplicar detergente en un paño y limpiar con cuidado la junta.
Limpieza del cajón del detergente:
El cajón del detergente debe ser limpiado cada vez que realizamos un ciclo de lavado, especialmente si utilizamos detergente en polvo, ya que tiende a acumular residuos. Afortunadamente, esta tarea es sencilla. Simplemente extrae el cajón, enjuágalo con agua caliente y jabón, o con agua y vinagre, o bien sumérgelo en una solución y luego enjuágalo. En áreas de difícil acceso, como las esquinas, podemos utilizar un cepillo de dientes antiguo.
Nunca olvides el filtro:
Es de vital importancia limpiar el filtro de la lavadora al menos una vez al mes. Este filtro suele estar ubicado en la parte inferior de la lavadora y requiere desenroscarlo. Siempre asegúrate de tener un paño debajo o un recipiente para recoger el agua residual antes de comenzar el proceso. El filtro se debe lavar minuciosamente con agua y jabón, utilizando un cepillo de dientes para eliminar cualquier residuo de suciedad. Este procedimiento lleva tiempo, ya que el filtro debe abrirse y cerrarse varias veces para asegurarse de eliminar toda el agua residual.